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Tatanka Hübner

“Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y crear un nuevo final.” - Carl Bard

 

Hay jugadores capaces de permanecer en los corazones de los fanáticos por partidos legendarios, jugadas al límite de la perfección y actuaciones enmarcadas.


Luego están aquellos que, para llegar a vivir con la pelota, han dejado que su talento se conviertan en palabras para la boca de las cantinas, escupiendo sudor y sangre en los infames campos donde la hierba es solo un recuerdo, buscando con todas sus fuerzas una oportunidad para salir de la multitud. La historia de Darío Hübner es una de esas que no debe olvidarse, porque es una historia de sacrificios y satisfacciones que se funden interminablemente una tras otra. Con muchos números y muchas curiosidades.


Al igual que cualquier futbolista provincial, los comienzos de Hübner ciertamente no fueron simples, su actividad competitiva de hecho comenzó a la increíble edad de veinte años en un equipo con mas alma amateur que profesional, en el Alma Juventus Fano, alternando los entrenamientos con el trabajo de carpintero. Durante las tres temporadas en Fano logra 25 goles en 88 partidos, y bajo la dirección de Francesco Guidolin, su nombre comienza a aparecer en los cuadernos de directores deportivos de media Italia por allá a inicios de los años 90. Es en el curso de esta experiencia que sus dos apodos históricos aparecen, recibe el apodo de “Tatanka" y “Bisonte". Pero a pesar de la nula experiencia en el fútbol de elite, Dario estaba preparado para enfrentar su destino. Los grandes escenarios nunca asustaron a Hübner y su debut en la Serie A con Brescia ocurre con la edad de treinta años anotando en San Siro ante el Inter de otro que debutaba, un tal Ronaldo. Posteriormente, al domingo siguiente, nos deleitaba y hacia soñar al equipo lombardo anotando un sensacional hat-trick ante la Sampdoria.


Durante la experiencia en Brescia, llega la extraordinaria oportunidad de hacer una pareja en ataque con il codino divino, Roberto Baggio. Al final de la temporada 2000/2001, y gracias a los 17 goles del Bisonte y las impecables actuaciones de Roberto, los Rondinelle lograron clasificarse para la, hoy extinta, Copa Intertoto.


En la siguiente temporada pasa a Piacenza, pero el hambre de goles no disminuye. Con 24 anotaciones, Hübner se gradúa como el máximo goleador junto con un monstruo sagrado del calibre de Trezeguet, convirtiéndose, entre otras cosas, en el jugador más viejo en ser el Capocannoniere de la Serie A.


Dario y un compañero de lujo en el Brescia

Después de esta fábula, Hübner se une al tour de verano de la siguiente temporada con el gigante europeo AC Milan, donde lamentablemente no encuentra el espacio necesario para demostrar lo realizado en sus equipos anteriores. Claro esta que para mantenerse en lo alto del fútbol mundial se tiene que ser y actuar como un verdadero atleta, palabra que no estaba en el diccionario de Dario, y para confirmar su espíritu amateur les dejamos la famosa frase del ex presidente de Brescia, don Luigi Corioni:


“Sin coñac y cigarrillos sería el más fuerte de todos”.

Tatanka en el 11 inicial del AC Milan

Pero esto no es todo, era mayo del 2002 y Dario Hübner volvía a hacer una de las suyas.

El Milan jugaba ante la Selección de Ecuador en uno de esos partidos raros de exhibición, y cuando llegó el descanso, 'Carletto' se dirigió hacia el vestuario para dar algunas indicaciones. Al llegar, no encontraba por ninguna parte al Bisonte, por lo que le preguntó por él a Abbiati.


"Míster, está en el baño", respondió el portero. El resto de la historia la cuenta el propio Ancelotti:


"Abro la puerta y veo que estaba fumando un Marlboro con una lata de cerveza al lado que había traído del hotel", recuerda aún sorprendido el entrenador. "Le dije: 'Pero Darío, ¿qué haces? ¿Te estás jugando un puesto en el Milan y vienes a beber y fumar al vestuario? ¿Cómo vas a jugar la segunda parte?".


Hübner lo miró fijamente y le respondió, de forma muy natural:


"Sinceramente míster, llevo toda la vida haciendo lo mismo y, si no lo hago, no rindo bien".


"Segundo, por lo que respecta al Milan, solo he venido por la publicidad para alargar mi carrera dos o tres años más. A estas horas suelo estar en mi pueblo bebiendo”, siguió exponiendo el delantero.


"Y tercero, ¿quiere un cigarro?", le ofreció a Ancelotti. El propio técnico no pudo aguantar la risa: "Todo el vestuario, se puso a reír. Así era Darío, genuino al máximo. Solo pensaba en estar en paz consigo mismo"


Su breve paso en el Milan, con estrellas mundiales

Luego de su breve paso por los rossoneri regresa a Piacenza en el inicio del campeonato. Posteriormente, Hübner se deja llevar por la pasión de las categorías amateur y en el año 2006 confirma su transferencia al equipo Orsa Corte Franca. Pero siendo un jugador de la categoría de Darío, La Federación de la Liga Nacional Amateur pone sus ojos en él y cree que Hübner había firmado un contrato profesional con el Orsa Corte Franca - incluyendo salario fijo y varios bonos - , lo que le conduce a la descalificación por un año (posteriormente reducido a seis meses) ya que ningún un jugador amateur puede firmar contratos profesionales con equipos amateur.


Hübner también probó la aventura de ser DT, sin embargo no pudo obtener grandes resultados. Estuvo en las bancas de Royal Fiore y del Atlético Montichiari en la Serie D, pero fue despedido luego de algunas semanas de actividad.


Finalmente luego de retirarse del mundo del fútbol, ​​Hübner comprendió que necesitaba un trabajo estable y que garantizara ingresos seguros. Esto lo llevo a abrir un bar en la ciudad donde vive, en Passarera, que posteriormente se lo regaló a sus amigos.


Darío, un jugador de los de antes. De aquellos que, seguramente, hubiesen llegado más alto de haberse adaptado mejor. Habrían sido mejores jugadores, sí, pero peores leyendas. Hübner sólo hay uno. Y quedará para la historia.



Créditos fotos de la biblioteca personal de Dario Hübner

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